Hace pocos días, en una entrevista radial, me preguntaron si, en caso de que uno se sienta atraído por alguien que no es tu pareja, conviene decírselo a la persona que acompaña tus días.
Ante la sorpresa del locutor, mi respuesta tajante fue: “No”. Y pasé a explicarle mi negativa.
Le dije que antes de hablar con su pareja, lo mejor es saber qué motiva que haya aparecido un tercero (o tercera) en discordia. De nada sirve angustiar a quien queremos diciéndole que la atención que suscitaba en nosotros ya no es la misma, porque otra persona se interpuso en el camino. Esta atracción “externa” es solo un síntoma de que algo está sucediendo (o no está sucediendo) en nuestro vínculo.
Lo mismo se aplica a otras situaciones indeseables con las que estés lidiando. Si “algo” te provoca angustia, hace que comas o que fumes de más, tienes insomnio, poco deseo sexual, desgano, etc., trata de llegar al fondo de ese “algo”. Un síntoma es una señal de que hay una complicación o un conflicto, ya sea intrapersonal o interpersonal. Es como una banderita flameante que nos indica que hay algo por resolver. Cuanto antes lo enfoquemos, lo definamos y nos aboquemos a tratar de solucionarlo, con mayor celeridad veremos cómo lo que trae aparejado el síntoma cede e incluso desaparece.
Los síntomas puedes significar, por ejemplo:
- Que no estás conforme con algo de tu relación de pareja
- Que tienes temas familiares sin resolver
- Que hay partes de tu personalidad o de tu vida que quieren salir a la luz
- Que sería necesario que perdones a alguien o a ti mismo por una situación del pasado
Por eso, no te sientas mal si no te está resultando fácil manejar algo que sientes que, en algunos momentos, se te va de las manos. Esto te está señalando que hay que poner manos a la obra. De nosotros depende detectar qué debemos solucionar para restablecer el equilibrio emocional, que se trasladará a todas las áreas de nuestra vida. Por eso, mi propuesta al locutor fue conversar en profundidad con alguna persona de nuestra confianza, de mente abierta, que sin juzgarnos ni intentar imponer su punto de vista, nos ayude a darnos cuenta de qué hay detrás del síntoma que hoy en día nos abruma.
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