
Hay un momento especial en toda película (o serie de televisión, telenovela, culebrón) que las mujeres románticas anhelamos fervientemente, y es cuando se produce el beso tan esperado entre el actor y la actriz principal (¿Cuál es el momento cúlmine de una película para los hombres?). Este beso nos hace vibrar cuando lo presenciamos, ¡e incluso cuando lo recordamos! y nos afirma la convicción interna de que el amor, tal como lo imaginamos, existe. ¡Rememorar lindos momentos es una brisa fresca para el alma!
En este beso el mundo se detiene, nada parece importar, sólo cuentan los dos protagonistas de esa historia y la promesa de amor eterno, que se sella con el abrazo de esos brazos masculinos fuertes, y también con esa unión de labios. Quedan en el pasado las uniones y desuniones, los encuentros y los desencuentros, las personas que han tratado de separarlos, las distancias y las circunstancias adversas: el amor queda sellado con ese beso.
Por un instante, podemos incluso fantasear que el mundo es así de simple, y todo se arreglaría con un beso apasionado dado por el hombre que amamos. Tal vez no se solucionaría todo, ¡pero sin dudas, nos alegraría el día!
Ha habido toda clase de besos de película: inocentes, ilícitos, desesperados, exigentes, seductores, de despedida, e incluso prometedores de un final feliz.
Mientras escribo estas líneas, me viene a la mente la imagen de uno de mis besos de película preferidos: el de Clark Gable y Vivien Leigh, en la película «Lo que el viento se llevó», ese beso robado que el arrogante Rhett Butler le dio a Scarlett O’Hara mientras le decía: «He aquí a un soldado del Sur que te quiere, Scarlett, que quiere sentir tus abrazos, que desea llevarse el recuerdo de tus besos al campo de batalla. No importa que tú no me quieras. Scarlett, bésame, bésame una vez».
¿Cuál es tu beso de película preferido?